viernes, 31 de mayo de 2013

La perfección está en aceptar la imperfección de los demás

Me gustan las imperfecciones.

Me gustan las cosas que no son perfectas. No hay nada ni nadie perfecto aunque nos empeñamos en demostrar que sí.

A veces, nos obsesionamos en ser y parecer perfectos pero en realidad no deberíamos hacerlo porque la auténtica belleza está en las imperfecciones. Me gustan los detalles en los que se puede leer: no está acabado, no he podido hacerlo mejor, no he tenido tiempo, me ha salido mal, no debería haber quedado así… Porque, en realidad, estos súbitos imprevistos son los que llenan a las cosas de personalidad.


Nos pasamos la vida intentando ocultar cosas que no nos agradan de nuestro cuerpo, de nuestra forma de ser, incluso de las cosas materiales que poseemos. Y creo que es un error pretender tener todo perfecto.  Ser perfecto es imposible, y no es nada atractivo ni especial. 


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