martes, 27 de abril de 2010

Para conseguir resultados distintos no hay que hacer siempre lo mismo

Me han dicho que lo decía un profesor de la facultad de Ingeniería de la UPV-EHU. Y me parece una frase tan buena y que tantas veces olvidamos que merece la pena hacerle un homenaje. “El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra” es una verdad que todos conocemos y asumimos. ¿Por qué lo asumimos? ¿Porque no nos vemos capacitados para ser más inteligentes y no caer una y otra vez en nuestros mismos errores? ¿O es que somos tan superiores que nos sentimos preparados para poder equivocarnos y luego buscar la forma de solucionarlo? Sea la razón por la que sea, lo cierto es que nos pasamos la vida cometiendo los mismos fallos, la mayoría de las veces incluso siendo conscientes de ello. Y esto sí que me parece increíble.

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jueves, 22 de abril de 2010

Los regalos sí se regalan

Hay veces que un regalo que te han hecho aporta más cosas negativas que positivas. Está ahí, te mira todos los días y te recuerda cosas que a lo mejor no quieres recordar. Entonces llega un día en el que tú tienes que hacer un regalo a alguien que sabes que quiere eso que tú tienes. Entonces tienes dos opciones: coger tu regalo, meterlo en un cajón para olvidar que lo tienes, lo que significa y condenarlo al un cruel desprecio. O cogerlo, envolverlo y regalarlo. Y permitirle que se convierta en un “regalo querido y valorado” en otro lugar, en otro momento.

Y cuando optas por la segunda opción lo haces con dudas, es absurdo negarlo. Yo lo he hecho por primera vez en mi vida y seguramente piense más veces que he hecho mal, que las que crea que hice bien, y viviré bastante tiempo en esa dicotomía. De momento yo he sacado de mi casa algo que no me gustaba ver y que tan pronto ha atravesado el umbral de mi puerta, se ha reencarnado para convertirse, en casa de otra persona, en algo mucho más apreciado. En el fondo, conmigo no iba a ser feliz…

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viernes, 9 de abril de 2010

¿Por qué Pocoyo?


Yo siempre digo: “Jesusito”.
Y ellos contestan:”de mi vida”.
Y yo digo:”tú eres niño”.
Y ellos dicen “como yo”.

Hace unos años, cuando mi hija mayor era muy pequeña, siempre se equivocaba, y en vez de: “como yo”, contestaba: “Pocoyó”.

Y si mi fuente de inspiración decía “Pocoyó”, por algo sería...

¡Qué ilusión me ha hecho descubrir de dónde viene el nombre de Pocoyó!
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miércoles, 7 de abril de 2010

Berlín está condenada a convertirse y nunca a ser

Esta semana santa he estado en Berlín. Hacía mucho tiempo que tenía ganas de ir, y después del empacho de Segunda Guerra Mundial que tuve el puente de diciembre en Normandía, el viaje a Berlín ha sido como una continuación de “momentos históricos”. La ciudad no es especialmente bonita, eso está claro, pero tiene tantos rincones especiales y tan llenos de historia que resultan de lo más conmovedores. Berlín es una ciudad que ha sufrido tantos cambios que se dice que está condenada a seguir cambiando y nunca a poder adquirir una identidad propia que se mantenga en el tiempo. Lo cierto es que es un lugar único e increíble donde poder perderse por sitios de lo más curiosos. Por eso y en contra de lo que esparáis ver, en vez de poner una foto del muro grafiteado he elegido una foto que saqué dentro del Reichstag, el Parlamento Alemán, al atardecer, antes de que se pusiera el sol. Después de todo lo vivido, la cúpula de cristal desde donde se ven a los parlamentarios trabajar, es el símbolo de transparencia, modernidad y claridad de los políticos alemanes para con sus compatriotas.

Uno de los momentos especiales del viaje fue cuando visitamos el Campo de Concentración de Sachsenhausen. Siempre había tenido la ilusión de estar en uno. ¿Qué raro no? Menuda ilusión que tenías, pensaréis. El caso es que así es, siempre me había preguntado cómo sería estar en el mismo lugar donde años atrás se sintió tanto dolor, odio, indignación, frustración y crueldad. Y lo cierto es que de alguna manera todo eso se sigue percibiendo, es como si se mantuviera impregnado en el ambiente y fuese impasible al paso del tiempo. Fue en ese campo de concentración donde tuvo lugar la mayor falsificación jamás llevada a cabo en la historia de la humanidad. Los nazis persiguieron a los mejores falsificadores, especialistas en imprenta, ilustradores y artesanos de papel para llevarlos a ese campo y falsificar libras esterlinas y dólares. Si habéis visto Los Falsificadores es el campo de concentración que sale en la película.

Y como siempre, tras un viaje siempre llega una dulce depresión postvacacional que te empuja a ser proactiva y a pensar en el próximo destino. Tengo en mente este verano ir a China, por varias razones.

-La primera, es que es el destino que han elegido unos amigos que hicimos el verano pasado en el viaje a Rusia.

-La segunda, es que en 2008 estuve estudiando chino y me gustaría practicar algo más que con la tendera del ultramarinos chino en el que compro noodles y salsa de soja.

-La tercera, es que después de este invierno tan frío, las vacaciones a esquiar y la semana santa en un frío Berlín, me apetece ir a un lugar cálido y China en verano puede llegar a ser asfixiante.

-La cuarta, es que tengo ganas de ir a Oriente por primera vez y ver culturas, lugares, ciudades, costumbres, restaurantes, gentes y hábitos tan diferentes a los de la cultura occidental.

Y hasta que el próximo viaje suceda, viviré del recuerdo del anterior…
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