lunes, 13 de mayo de 2013

Lo mejor no es el lugar donde te encuentras, sino con quién lo compartes


En estos tiempos de cambios y de falta de trabajo es mucha la gente que se está marchando a buscar oportunidades en otros lugares del mundo. “No nos vamos, nos echáis” llevaban escrito un grupo de jóvenes que se disponían a coger un avión del aeropuerto de Bilbao en un cartel que habían colocado en sus maletas, recriminando de alguna manera a los políticos su incapacidad para gestionar el inexistente acceso al mercado laboral que éstos están sufriendo.

Emigrar es duro, y lo digo por experiencia. He vivido en 6 ciudades a lo largo de mi vida, y empezar de nuevo no es fácil. Aunque sí tiene una parte ilusionante, la de un nuevo comienzo y todas las cosas nuevas por conocer y descubrir.

Para mí lo más duro de estar fuera, aparte de buscar tu hueco en un sitio nuevo, fue invertir mis días libres y vacaciones en venir a casa. Es una cosa que te apetece hacer por lo que no lo ves como algo negativo, pero al final la sensación es de que vives allí pero pensando en aquí. Evidentemente lo mejor de todo es la gente que conoces, la experiencia que vives y los recuerdos que generas a lo largo de la vivencia. Al final, como en todo, lo más importante no es dónde estés, sino con quién estés. Hay lugares horribles en los que la buena compañía hace que no lo sean tanto, y viceversa, el mejor paraíso del mundo no es nada si a tu lado no hay gente con quien merezca la pena vivirlo.

*A todas las personas que están fuera, o van a estarlo, o están aquí y son de allí, a los que tienen morriña, a los que añoran y sueñan, a todas las personas que tuvieron que irse y a todas las que lo harán...

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