Al oír una canción que te gusta, al oler a café recién hecho, al tomarte con calma la ducha, al descubrir que es jueves y no miércoles, al ver un mensaje en el móvil, al intuir unos rayos de sol a través de la persiana, al coger el metro por los pelos, al darte cuenta de que puede ser un día genial, al recibir una llamada inesperada, al intercambiar una mirada con alguien especial, al abrazar a alguien con quien te encuentras, al estremecerte con algo que sucede delante de ti, al pasear por las calles de tu ciudad, al meterte en la cama entre las sábanas limpias....
Una sonrisa. Todos los días, al menos una sonrisa. Es lo más grande y lo más pequeño a lo que debemos aspirar cada día.
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